Las ciudades que ofrecen
calidad de vida no sólo han de tener buenos servicios, mobiliario urbano práctico y unos niveles de polución controlados, sino poner a disposición de los ciudadanos
zonas verdesa través de políticas responsables con el medio ambiente.
Esas áreas verdes son claves para mejorar la
salud de la población, pues actúan como pulmones que renuevan el aire polucionado, al tiempo que relajan y suponen una
evasión necesaria para olvidar el hormigón, constituyendo auténticas burbujas de
naturaleza rezuman e insuflan vida.
Son innumerables los
estudios que han concluido la conveniencia de tener árboles
cerca del hogar, espacios naturales en los que poder hacer ejercicio, dar un paseo o simplemente sentarse para
leer, conversar o hacer cualquier otra actividad.
Vivir más y mejor
Una interesante línea de investigación relaciona los comportamientos
violentos con la carencias de estos lugares, proponiendo un
paisaje urbano más verde para combatirla, según concluye una encuesta de la Universidad de Temple, en Estados Unidos.
Desde un enfoque positivo, los entornos naturales fomentan la
creatividad, las capacidades mentales y afectivas, por lo que las zonas verdes urbanas
ayudarían a mejorar la longevidad y la calidad de vida de sus habitantes.
Interactuar con la naturaleza es de gran ayuda para cuidar nuestra
salud mental y física. De acuerdo con una investigación de la Universidad de Queensland, en Australia, el ejercicio físico practicado en zonas verdes resulta más
beneficioso que si lo hacemos rodeados de asfalto.
Por último, puesto que se ha demostrado que el
contacto con la naturaleza beneficia a largo plazo, los planificadores urbanos tienen un gran
recurso para diseñar las ciudades de forma inteligente, haciéndolas más habitables. No en vano, los parques, jardines y pequeñas arboledas son auténticos
oasisen medio de la jungla urbana, unos valiosos recursos para mejorar la salud y el bienestar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario