La policía turca ha detenido este lunes en Estambul a ocho personas por su supuesta implicación en el ataque terrorista en el club Reina, en el que murieron 39 personas y que ha sido reivindicado por el Estado Islámico (EI). La investigación se centra en células del EI procedentes de Uzbekistán y Kirquizistán, aunque también en las ramas de la banda de nacionalidad turca.
El grupo terrorista reivindicó la autoría del ataque en un comunicado y lo enmarcó dentro de su lucha «contra los protectores de la cruz». «Un heroico soldado del califato atacó una de las discotecas más famosas, donde los cristianos celebraban su fiesta apóstata», reza la nota enviada.
La masacre tuvo lugar hacia la 01.30 hora local (23.30 en la España peninsular) en la exclusiva discoteca situada en la orilla europea del río Bósforo, donde varios cientos de personas festejaban la llegada del Año Nuevo. Presuntamente, el atacante llegó al barrio de Örtakoy en taxi y caminó cuatro minutos hasta el club, donde abrió fuego contra un guardia jurado para poder acceder al recinto. En medio del caos y pánico que se desató en el club, el autor dejó el arma y su chaqueta en el local antes de darse a la fuga. Sin embargo, la policía no ha encontrado huellas dactilares en sus pertenencias.
Antes de abandonar su arma en el local, el terrorista descargó 180 balas. Según el diario HaberTürk, los expertos deducen del hecho de que haya disparado tanta munición que llegó a cambiar seis veces de cartucho. Actuó de manera «extremadamente profesional» y, por su forma de caminar, parece que habría sufrido en algún momento anterior un disparo en su pierna derecha, explicó Abdullah Agar, especialista en terrorismo, a la cadena CNNTürk.
Gran despliegue
Las autoridades turcas han lanzado un inmenso despliegue policial para intentar capturarle. El presidente Recep Tayyip Erdogan consideró que la matanza buscaba sembrar el caos, pero prometió que el país no se doblegará ante la amenaza. Según el último balance provisional de las autoridades, 39 personas han muerto, de las cuales al menos la mitad eran extranjeras, y 65 han resultado heridas.
Durante el día, varios ministerios de Relaciones Exteriores de distintos países fueron informando las identidades de las víctimas. Entre los fallecidos hay un ciudadano turco con nacionalidad belga, tres jordanos, tres libaneses, una joven árabe-israelí, tres iraquíes, dos indios, un kuwaití, un libio y dos marroquíes. Un tunecino y su esposa, que tenía además la nacionalidad francesa, también se encuentran entre las víctimas mortales.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, informó que una ciudadana de su país falleció en el ataque. El consulado de Riad en Estambul añadió que hay varias víctimas sauditas, pero no entregó cifras.
El primer ministro turco Binali Yildirim no indicó si los investigadores estaban privilegiando alguna hipótesis, pero señaló que las pesquisas estaban siendo «muy minuciosas» para identificar al agresor. «Las operaciones de búsqueda del terrorista están todavía en curso. Espero que sea capturado rápidamente», declaró el ministro del Interior, Suleyman Soylu.